El técnico habló sobre las horas previas al duelo vital contra Panamá.

El entrenador de la selección salvadoreña, Hernán Darío “Bolillo” Gómez, habló este martes previo al entrenamiento en el estadio Cuscatlán y analizó el duelo eliminatorio ante Panamá del próximo viernes, en una comparecencia marcada por numerosos medios panameños y la emoción personal que le genera enfrentar a su exselección.
“En estas eliminatorias no hay favoritos. Ni porque juguemos de local somos favoritos, ni cuando juguemos en Panamá lo serán ellos”, afirmó el técnico colombiano.
Gómez recordó que tanto El Salvador como Panamá han mostrado un nivel competitivo parejo en el actual proceso rumbo al Mundial 2026. “El Salvador ha mejorado mucho, ha cortado distancias. Panamá tiene una base de trabajo de siete años, con jugadores de gran nivel, pero las eliminatorias están muy apretadas”, explicó.
El seleccionador destacó que la principal diferencia entre ambas selecciones está en el tiempo de trabajo:
“Panamá tiene siete años de proceso con el mismo técnico; nosotros apenas llevamos seis meses. Esa continuidad genera sociedades, automatismos… eso marca diferencia”, dijo.
Aun así, enfatizó la evolución del fútbol salvadoreño, resaltando la técnica de los jugadores nacionales. “El salvadoreño tiene muy buena técnica, en recepción y pase; el panameño es más picante, desequilibrante. Son estilos distintos, pero ambos muy valiosos”.
Emoción por enfrentar a Panamá
“Bolillo” también expresó el cariño que mantiene por Panamá, país con el que logró la histórica clasificación al Mundial de Rusia 2018.
“Es un país muy querido, con gente muy amable. Me emociona ver a muchos de esos muchachos crecer. Vivimos cosas muy lindas”, recordó visiblemente conmovido.
El entrenador incluso bromeó con la posibilidad de que tanto Panamá como El Salvador clasifiquen juntos al Mundial:
“Sería buenísimo que los dos clasifiquemos. No importa quién sea primero o segundo, lo importante es llegar”.
Gómez aseguró que su equipo está concentrado y prácticamente listo para el juego del viernes.
“El equipo ya está trabajado. Si hubiera partido mañana, podríamos jugar. Solo estamos repitiendo movimientos y puliendo detalles”, indicó.
Sobre la presión de dirigir en eliminatorias, el técnico fue claro:
“Una eliminatoria es más dura que un Mundial. Aquí está en juego el orgullo y la autoestima del país. Es normal que los jugadores sientan el peso”.
Finalmente, elogió el compromiso de sus futbolistas y el ambiente que se vive en el combinado nacional:
“Tenemos felicidad, paz y orden en este país. Eso lo estamos reflejando en el grupo. Vivimos bien, y cuando uno vive bien, juega bien”, cerró el estratega.