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4 - 3
Finalizado
Estadio Cuscatlán

Las estadísticas mas indignantes de El Salvador en la Copa Oro

Estos fueron los numeritos que dejó la selección en Copa Oro.  La selección de El Salvador cerró su participación en la Copa Oro 2025 con una actuación ofensiva para el olvido. En tres partidos disputados dentro del Grupo B, el equipo dirigido por Hernán “Bolillo” Gómez no logró anotar un solo gol, acumulando números que reflejan con crudeza la falta de efectividad[…]

Estos fueron los numeritos que dejó la selección en Copa Oro. 

La selección de El Salvador cerró su participación en la Copa Oro 2025 con una actuación ofensiva para el olvido. En tres partidos disputados dentro del Grupo B, el equipo dirigido por Hernán “Bolillo” Gómez no logró anotar un solo gol, acumulando números que reflejan con crudeza la falta de efectividad en el ataque.


El Salvador terminó último en su grupo con apenas un punto, producto de un empate sin goles ante Curazao en el debut. Luego, sufrió dos derrotas consecutivas: 2-0 frente a Honduras y 2-0 ante Canadá. En total, recibió cuatro goles y no marcó ninguno, firmando así la peor ofensiva del torneo.

Datos que explican la sequía
A lo largo del torneo, El Salvador promedió apenas 0.3 ocasiones claras por partido, una cifra que habla de la escasa generación en el último tercio de la cancha. De esas pocas oportunidades, fallaron en promedio 0.3 por juego, es decir, una clara en todo el torneo que no terminó en gol.

El equipo registró un promedio de 5 disparos por partido, pero de esos, solo 0.7 fueron a portería. El resto se repartió entre tiros desviados (2.7 por partido) y remates bloqueados (1.7). A pesar de sumar un total de 15 disparos en tres partidos, ninguno terminó dentro del arco.

Tampoco hubo producción a balón parado: no se marcó de penalti, ni se logró convertir el único tiro libre directo ejecutado. Además, hubo un remate al poste, que fue lo más cerca que estuvieron de gritar gol.

Ataques sin profundidad
El equipo intentó generar juego ofensivo, pero con poca claridad. Promedió 5.7 regates exitosos por partido y 3.3 tiros de esquina, pero no logró capitalizar ninguna jugada. Su única estadística ofensiva destacable fue un contraataque generado en todo el torneo, un reflejo de la falta de verticalidad e intensidad.


El Salvador tuvo una posesión media del 40.7%, lo que confirma su dificultad para controlar los partidos. En cuanto a precisión de pase, lograron un 78% general, pero con una caída notable en campo rival: solo 60.9% de precisión, frente a un sólido 90.5% en su propio campo.

Los balones largos tampoco fueron una vía efectiva, con apenas 39.4% de acierto, y los pases en profundidad solo alcanzaron un 28.9% de efectividad.

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