El exdefensor salvadoreño habló sobre su experiencia en la selección nacional y lo que significó representar al país.

El exseleccionado de El Salvador y actual jugador de Los Ángeles Galaxy (MLS), Eriq Zavaleta, compartió en una extensa entrevista con Hugo Pérez, exentrenador de la Selecta, detalles sobre su experiencia defendiendo los colores azul y blanco. La conversación fue publicada en el canal de YouTube Fútbol de Corazón, donde Zavaleta repasó su decisión de unirse a la selección, sus recuerdos más especiales y las razones por las que ya no forma parte del equipo nacional.
Su decisión de representar a El Salvador
Zavaleta reveló que el primer contacto con la Federación Salvadoreña de Fútbol ocurrió cuando militaba en Chivas USA, alrededor de 2015. Aunque había jugado en todas las categorías juveniles de Estados Unidos, el defensor explicó que no recibió la oportunidad que esperaba con esa selección.
“Tenía 25 o 26 años y pensé que merecía al menos un llamado. Cuando no llegó, sentí que era momento de aceptar la invitación de El Salvador”, comentó. Su amigo y excompañero Jozy Altidore también influyó en la decisión, diciéndole constantemente: “Tienes que jugar para El Salvador, te van a amar allá.”
El orgullo de vestir la camiseta
El jugador del LA Galaxy destacó que su debut con la Selecta fue un momento especial, aunque exigente: “Ganamos a Islas Vírgenes, pero tú y yo —le dijo a Pérez— salimos insatisfechos. No era solo ganar, era hacerlo de la forma correcta.”
Sin embargo, su recuerdo más emotivo fue el empate 0-0 ante Estados Unidos en el Estadio Cuscatlán, al inicio de las eliminatorias mundialistas rumbo a Qatar 2022.
“Ese fue un partido único. Fue la primera vez que mi papá regresó al país en 45 años. Cuando sonó el himno, me dieron ganas de llorar. Sentí el poder de lo que estábamos haciendo”, recordó.
También mencionó el empate frente a Corea del Sur, luego de una dura derrota ante Japón, como ejemplo del carácter del grupo. “Fue una muestra de que podíamos competir y jugar de tú a tú, sin miedo”, añadió.
Un equipo con identidad y carácter
Zavaleta destacó la mentalidad que el cuerpo técnico de Hugo Pérez intentó inculcar en la selección: “Nunca nos dijiste que tuviéramos miedo o que defendiéramos atrás. Siempre fue jugar, tener la pelota, competir con valentía. Y eso se sintió dentro del grupo.”
El defensa central explicó que, aunque hubo limitaciones logísticas, los jugadores respondieron con profesionalismo: “Había días sin agua o sin recursos, pero nunca faltó compromiso. Queríamos cambiar la forma en que se veía a El Salvador.”
Su salida de la selección
El defensor explicó que su alejamiento del combinado nacional no fue por falta de deseo, sino por la forma en que cambió el proyecto: “Cuando tú (Pérez) saliste, sentí que el rumbo hacia el Mundial 2026 se detuvo. Quería un proyecto claro, que valorara lo que habíamos construido. No me convencieron de eso.”
También mencionó su estado físico como factor determinante: “Este año apenas jugué un partido. No quería llegar a la selección sin estar en mi mejor nivel. No es enojo, es respeto por el trabajo.”
Lo que necesita el fútbol salvadoreño
Para Zavaleta, el camino hacia una selección competitiva comienza desde las bases: “Hay que mejorar las condiciones para los jugadores, desde los clubes hasta la selección. Canchas, viajes, comida, profesionalismo. Eso no siempre requiere dinero, sino voluntad.”
Además, insistió en la importancia de abrir las puertas a todos los futbolistas con raíces salvadoreñas: “Si tienes sangre salvadoreña y quieres representar al país, debes tener la oportunidad.”
Agradecimiento y esperanza
Zavaleta cerró la entrevista con palabras de agradecimiento hacia Hugo Pérez y la afición: “Me sentí querido por la gente. Representar a El Salvador fue un honor. Ojalá el país siga creciendo y pueda volver a un Mundial pronto.”
La conversación completa puede verse en el canal de YouTube Fútbol de Corazón, donde Hugo Pérez conversa con exjugadores y figuras del fútbol salvadoreño sobre sus trayectorias y visiones del futuro del deporte nacional.