Anotó en la tanda de penaltis tras suplir en el partido a Lizandro Claros y hoy es campeón.

Eduardo Vigil vivió el título de Luis Ángel Firpo como una recompensa a la fe, la unión y la perseverancia. Tras vencer a Alianza 5-4 en la tanda de penaltis y cortar una sequía de más de diez años, el defensor pampero destacó el valor de las oportunidades y la hermandad que sostuvo al equipo en los momentos más complejos.
“Dios es grande y el fútbol es de oportunidades, hoy la aproveché”, expresó Vigil, emocionado por su aporte en una final marcada por la tensión y el desgaste. El zaguero subrayó que el logro no fue individual, sino el resultado de un grupo que confió en cada uno de sus integrantes.
En ese camino, agradeció un respaldo clave dentro del vestuario. “Le doy gracias a mi capitán Lizandro Claros, que tuvo palabras para mí el partido anterior”, señaló, resaltando el liderazgo y el acompañamiento interno como pilares del éxito. “Esta es la hermandad”, añadió, sintetizando el espíritu del plantel, en declaraciones a Tigo Sports.
Vigil insistió en que la confianza fue colectiva y constante. “Todos confiamos en todos y formamos una familia linda”, dijo, al recordar un proceso que incluyó sacrificios y momentos difíciles. Esa unión, afirmó, permitió competir y ofrecer un espectáculo a la altura de una final.
“Luchó, pasó momentos duros y fue un buen espectáculo. Pudimos ser campeones”, concluyó. Firpo volvió a la cima apoyado en la fe, la solidaridad y un grupo que supo creer cuando más costaba.

ALI - FIR