El jugador culminó un 2025 que fue una montaña rusa entre su paso por Chicago Fire y la selección de El Salvador. Así lo analizó.

El 2025 de Harold Osorio fue un año de contrastes. Ilusión, aprendizaje y golpes inesperados marcaron la temporada del volante salvadoreño, tanto con la selección nacional como con el Chicago Fire, club de la MLS con el que finaliza contrato el 31 de diciembre y desde donde ya proyecta su próximo paso profesional.
“Al principio pintaba bien el año, si te soy sincero estaba muy ilusionado, porque con mi equipo estaba bien y con la selección también habíamos tenido partidos amistosos. Veníamos con mucha motivación porque sabíamos que era el año de clasificación”, recordó Osorio, al hacer un balance general de la temporada.
Sin embargo, el panorama cambió en Chicago. El mediocampista explicó que una modificación en la estructura dirigencial afectó directamente su proyección. “Mi equipo cambió junta directiva y eso a mí me afectó bastante, porque la directiva que me había comprado era la que más me apoyaba y me tenía como proyección para el primer equipo”, afirmó. El nuevo director deportivo, según Osorio, tenía una preferencia clara: “Se inclinaba más por jugadores de Europa y eso fue bastante difícil”.
Aun así, el inicio del año le dejó una experiencia valiosa: su debut en la MLS. “Fue bastante bonito porque pude ir a pretemporada con el primer equipo y ha sido una gran experiencia para mí”, señaló. No obstante, las reglas de la liga y su condición de extranjero limitaron sus oportunidades. “La MLS tiene reglas bastante complicadas: solo podés estar en cuatro convocatorias y jugar dos partidos si no sos del primer equipo”, explicó.
En la selección, la historia también tuvo luces y sombras. El arranque fue prometedor, pero no logró sostenerse y Osorio terminó lesionado. “Tuvimos un buen arranque, pero no supimos manejarlo y terminar bien. En mi caso me lesioné y fue complicado”, dijo. La lesión en el hombro llegó en un momento clave, aunque su recuperación avanza de forma positiva. “La funcionalidad del hombro y del brazo no me va a afectar. Con las terapias me he recuperado y ahora estoy bien, gracias a Dios”.
Pese a todo, el año le regaló uno de los momentos más especiales de su carrera: el gol de la victoria en Guatemala. “Hacer un gol para tu país y dar esa alegría a la afición es lo más bonito que me pudo pasar este año”, confesó. “Ver cómo la gente lo celebraba en sus casas fue algo increíble. Siento que fue la mejor sensación que tuve esa noche”.
Tras tres años en Estados Unidos, Osorio destaca el aprendizaje fuera de la cancha. “Me quedo con el profesionalismo: cuidar el cuerpo, la imagen, estar preparado para cada entrenamiento. Eso me sorprendió bastante”, subrayó. Además, valoró la experiencia de vivir solo: “Es complicado, pero bonito, porque aprendés a hacer todo por tu cuenta”.
Ahora, con el contrato por finalizar, su futuro está abierto. “Yo quiero seguir jugando fuera, esa es mi mentalidad”, aseguró. Aunque no descarta un regreso al fútbol salvadoreño, dejó claro su vínculo emocional con Alianza. “No es secreto que salí de Alianza y que me gusta Alianza, pero veremos qué pasa al final del año”.

ALI - FIR